Fernando Regueras Grande y Rafael González Rodríguez: Álbum de Benavente. Grabados, dibujos y fotografías históricas. 194 pp. láms. color. 24X20. Rústica. 2013. ISBN: 978-84- 938160-8-7.
ÍNDICE
PRESENTACIÓN
AB URBE CONDITA. UNA HISTORIA MÍNIMA DE BENAVENTE
I. LA CIUDAD IMAGINADA
Los emblemas de la villa
Cartografía de Benavente
Panorámicas de Benavente
Ríos, barcas y puentes
II. LA VILLA SEÑORIAL
El Castillo, el Jardín y el Bosque
Cerca y puertas
III. LA VILLA DEVOTA: IGLESIAS, ERMITAS, MONASTERIOS Y HOSPITALES
Iglesias y ermitas
Monasterios y conventos
Hospitales y beneficencia
IV. LA CIUDAD BURGUESA
A vista de pájaro
Las huellas de la modernidad
Ferias y mercados
Escuelas y colegios
Teatros y esparcimientos
IV. LA CIUDAD VIVIDA
Calles y plazas, rincones y corrillos
Fiestas y celebraciones
Las gentes
VI. EPÍLOGO: DELENDA EST BENAVENTE
BIBLIOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS
PRESENTACIÓN
Hace casi un cuarto de siglo el recién estrenado Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” editó un libro de imágenes retrospectivas de Benavente, una de sus primeras publicaciones, con ocasión de la muestra fotográfica celebrada en la Casa de la Encomienda en septiembre de 1991.
Recopilación fotográfica sobre el patrimonio histórico-artístico de Benavente, 1991, tenía un fuerte carácter reivindicativo y de denuncia de la desaparición del patrimonio de la ciudad, no sólo monumental: alterados los volúmenes y alturas del caserío, desmadejado el propio tejido constructivo, violentada la trama viaria y hasta el callejero, toscamente envilecido. Utilizaba además un método de contraste entre vistas históricas (tampoco muy lejanas en el tiempo) y otras actuales de edificios singulares y entornos monumentales. El resultado era demoledor, nunca mejor dicho.
Veintidós años después aquella proclama contra la especulación, lejos de cesar o de sensibilizar a la población en defensa de su identidad, sigue manteniendo toda su enconada vigencia. Ahora con operaciones escandalosas como el derribo de predios ilustres, tal la “Casa del Tinte”, que luego, para más inri, se facsimila, o permitiendo la tugurización de los islotes restantes del viejo caserío histórico hasta justificar su desaparición como peligro público. Las cosas, pues, han cambiado poco, aunque desde hace años y, dicho sea de paso, gracias a una iniciativa de “Ledo del Pozo”, se respeten al menos algunas fachadas tradicionales.
El libro se agotó pronto, a pesar de que su lectura no fue más allá de un puro ejercicio de nostalgia (que acostumbra a ser coartada de la resignación), confundiendo el daño irreversible de lo público con la añoranza saudosa del propio deterioro del lector. Porque, como se sabe, el gusto habitual por estas obras corresponde a gentes cuya edad alcanza la memoria del paisaje desvencijado. Lo cierto, en cualquier caso, es que el libro ha sido demandado con avidez por socios y ciudadanos y este Álbum de Benavente satisface de alguna manera ese requerimiento colectivo, pero por otros cauces, más históricos que reivindicativos, sin renunciar a estos como pone de manifiesto el último capítulo (Delenda est Benavente).
En él se decantan la información gráfica que sobre Benavente se ha ido acumulando en decenas de artículos y libros publicados por el CEB a lo largo de más de dos décadas y el archivo digital de cientos de fotos y postales que graciosamente han suministrado muchos vecinos de la villa, vistas inéditas, imágenes de la tienda o industria familiar, de la fiesta o el rincón urbano, nuevas publicaciones sobre la restauración histórica de nuestros monumentos todavía en pie y algunas compras municipales (foto de Ch. Clifford del Castillo) o particulares (fachada del monasterio de San Francisco), por citar sólo dos ejemplos excepcionales. No es, pues, este Álbum un libro oportunista, ni tampoco la reedición del de 1991 con otros aderezos. Se acompaña cada estampa de un rótulo clarificador y los capítulos, de un breve comentario que evoca y ordena las imágenes; por fin, una “Historia mínima de Benavente” trata de anclar la prolijidad del paisaje urbano en el cañamazo básico de nuestro acontecer histórico.
Tiene este Álbum de Benavente, como los portafolios familiares, mucho de gremial y colectivo, aunque las fotos las coloquen otros y bajo ese anonimato solidario los “autores” confían en que el público benaventano sabrá apreciarlo.
Fernando Regueras Grande
Rafael González Rodríguez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *