Emiliano Pérez Mencía: Valles de Benavente. Romerías y ermitas. 328 pp. 24×17. Fotografías color. Rústica. 2013. ISBN: 978-84-938160-9-4.

ÍNDICE

Prólogo
Presentación
1.- ROMERÍAS y ERMITAS
Abraveses de Tera. Romería a Ntra. Sra. de las Encinas.
Ayoó de Vidriales. Romería a San Mamés.
Benavente. Romería a la Virgen de la Vega en Cimanes.
Bretó de la Ribera. Romería de la Pedrera o a la Virgen de los Ojos Negros.
Brime de Urz. Romería a San Esteban.
Calzadilla de Tera. Romería a la Virgen de la O.
Camarzana de Tera. Romería a la Trinidad.
Cimanes de la Vega. Romería a la Virgen de la Vega.
Fuentes de Ropel. Romería a la Cantimbriana.
Granja de Moreruela. Romería a la Virgen de la Pedrera.
Granucillo de Vidriales. El Cristo, San Adrián y la ermita.
Navianos de Valverde. Día de las Bollas en la ermita del Carmen.
Navianos de Valverde. Romería a la Virgen del Carmen.
Olleros de Tera. Romería a Ntra. Sra. de Agavamzal.
Quintanilla de Urz. Ermita y fiesta de San Isidro.
Rosinos de Vidriales. Romería a la Virgen del Campo.
San Esteban de Nogales. La ermita, el puente y la fiesta de San Jorge.
San Miguel del Valle. Romería a la Virgen de laTorrica.
San Pedro de Ceque. Romería a la Virgen de las Nieves.
San Román del Valle. Romería y Ramo a la Virgen del Valle.
Valdescorriel. Romería a la Santina.
Vecilla de Transmonte. Día de las Bollas en la ermita a la Virgen de la Vega.
2.- HUMILLADEROS Y ERMITAS DE CRISTO o DE LA VERA CRUZ
Fiestas de la Santa Cruz.
Coomonte de la Vega. Ermita del Santo Cristo.
Cubo de Benavente. Ermita de la Vera Cruz.
La Torre del Valle. Ermita del Cristo de la Vera Cruz.
Matilla de Arzón. Ermita del Ecce Homo
Morales del Rey. Ermita del Cristo.
Moratones de Vidriales. Ermita del Cristo de la Vera Cruz.
Rosinos de Vidriales. Ermita del Cristo de la Vera Cruz.
Sitrama de Tera.Ermita del Cristo de la Vera Cruz.
3.- OTRAS ERMITAS
Benavente. Ermita de los Salados.
Benavente. Ermita de La Soledad.
Benavente. Ermita de San Juan o de los Obispos.
Benavente. Ermita de San Lázaro.
Congosta de Vidriales. Ermita de Ntra. Sra. del Rosario.
Fuentes de Ropel – Rubiales. Ermita de San Juan.
Fuentes de Ropel – Morales de las Cuevas. Ermita de la Inmaculada.
Rosinos de Vidriales. Ermita de Ntra. Sra. del Rosario.
Villaveza de Valverde. Ermita del Santísimo Sacramento.

PRESENTACIÓN
Este libro recoge las romerías que se celebran en la actualidad en la comarca de Benavente, en los pueblos de su demarcación, y algunos otros, que, aunque no pertenezcan a la comarca, no se encuentran lejos de los ríos y valles que surcan la zona, o la ro­dean, y por lo que es conocida como los Valles de Benavente. Los relatos son fruto de haber visitado las distintas localidades y ha­ber visto y vivido dichas romerías o fiestas. Y junto a las romerías conoceremos la variedad de ermitas existentes, algunas llamadas santuarios o humilladeros, se celebren o no se celebren fiestas en ellas. Incluiremos también otras ermitas, alguna de las cuales ha pasado a ser de propiedad particular, como la del Rosario en Rosinos, convirtiéndose con ello en vivienda, y otra como la de San Lázaro de Benavente, de la que, hace ya años, sus destacadas ruinas desaparecieron, conservándose tan solo la espadaña.
Con la llegada de la primavera, una vez finalizada la Cuares­ma y después de la Pascua de Resurrección, por todas las partes del mundo cristiano, comienzan las romerías. También ocurre en esta provincia y concretamente en esta comarca. Son muchos los pueblos, con mayor o menor población, que cuentan con ermita, dedicada a alguna Virgen, santo o santa, o Cristo, al que, algunos días del año, le rinden culto acudiendo al lugar en romería, o ce­lebrando otro tipo de fiesta religiosa.
Y es que sucede además, que esta es una comarca bañada por cinco ríos, dos arroyos y varios arroyuelos, y con montes, sierras, vegas y valles, lugares todos ellos muy apropiados para erigir es­tos edificios, las ermitas o santuarios, y celebrar en ellos, o en su entorno, este tipo de fiestas romeras o peregrinas.
Por orden alfabético irán apareciendo los pueblos que cuen­tan con ermita y romería, tal y como la celebran en la actualidad, gran parte de ellas, dedicadas a vírgenes y santos; en un segundo capítulo veremos aquellas localidades que tienen ermita, más o menos alejada o en el mismo pueblo, y que aunque no romería, sí celebran fiesta en torno al Cristo u otro santo; hay también otros lugares con ermita, pero sin apenas culto, aunque se visite o pue­da visitarse dicho lugar.
La palabra romería que tiene que ver con romero (peregrino) no es otra cosa que el viaje que se hace, por devoción, a un santua­rio o ermita. Aquí se celebran unos actos religiosos en honor del santo, santa, Virgen o Cristo, que se complementan con otros no religiosos y que consisten en una fiesta popular con bailes, cantos, danzas, y comidas en el campo próximo al mismo.
Ermita, por su parte, es palabra procedente del griego “ere­mites”, de “eremos” (desierto, yelmo, paraje aislado y sin apenas vegetación). Se trata de una capilla, santuario o iglesia, situada en lugar alejado, más o menos, de la población, del núcleo urbano, y dedicada al culto religioso de un santo, santa, Virgen o Cristo. Por extensión eremitorio es el lugar o paraje en el que hubo o hay varias ermitas, rupestres o no, habitadas por anacoretas. Tenemos algún ejemplo cerca, pues en los escarpados de las Dehesas de Morales y Rubiales tal vez existiese un ermitorio.
Eremita o ermitaño es el que vive y cuida la ermita. Algunas ermitas de los Valles de Benavente contaron antiguamente con ermitaño, una persona que vivía cerca de la ermita y que se en­cargaba de su cuidado y atención, tanto del edificio, como de la preparación de los actos en el día de la romería o en otras fiestas. Se conocen la existencia de ermitaña en la Soledad de Benavente; en la Virgen de la Vega de Cimanes y Vecilla de Transmonte; en la Virgen de Agavanzal de Olleros; en la Virgen de las Encinas de Abraveses (estas casas están integradas en la misma ermita o cerca de ella).
A algunas ermitas se las denomina también santuarios, como las de Cimanes de la Vega, Olleros de Tera, Abraveses, etc. La razón de esa distinción puede ser debida, a su tamaño, o a la importan­cia artística e histórica del edificio en cuestión. E incluso de una mayor amplitud del fervor religioso o devoción al patrón, santo, santa, Virgen o Cristo, que se guarda en dicho lugar. Ocurre tam­bién que en un santuario, como lugar de culto y veneración a un santo o sus reliquias, puede ser que no exista edificio alguno, y que dicho culto o veneración se centre en una piedra, o en una imagen existente en alguna cueva u otro lugar del campo, o en la cruz del humilladero.
No es este el caso de las ermitas de esta comarca, pues casi to­das tienen un ámbito de devoción local, generalmente restringido al lugar en el que están construidas y en el espacio que lo rodea. De hecho las denominaremos tal y como suelen hacer, por tradi­ción, las personas y forasteros que las conocen, las visitan y viven sus fiestas cada año.
Tenemos ermitas cerca de ríos o arroyos, en medio de arbole­das y bellos paisajes: La Pedrera, san Adrián, la Trinidad, Virgen de la Vega, Agavanzal, y algunas otras como la Cantimbriana y la Torrica, que al no disponer del edificio, por haber desaparecido, celebran la romería junto al río, recordando el antiguo lugar en el que estaba ubicado.
Otras se encuentran en la ladera de montes o sierras, algunas rodeadas de encinas u otro tipo de árboles: San Mamés, Ntra. Sra. de las Encinas, Virgen de las Nieves, etc. Las hay situadas en luga­res elevados, en la cima o cumbre de alguna sierra: El Carmen de Navianos de Valverde, San Esteban de Brime de Urz, etc.
Son más las que vemos en las vegas o riberas próximas a los ríos o arroyos, casi siempre rodeadas de vegetación y arboleda: Virgen de la Vega (Vecilla y Cimanes), La Trinidad (Camarzana) etc.
La mayor parte se encuentran a las afueras de los pueblos y no lejos de los mismos, con fácil acceso para las personas. Algunas de ellas están en antiguos humilladeros, lugares a la entrada o salida de los pueblos y junto a los caminos, y en los que hay una cruz o una imagen, en donde se construyó la ermita. Principalmente lo son aquellas ermitas que están dedicadas, o tienen por patrón a un Cristo: Cristo de la Vera Cruz en Morales del Rey, Sitrama de Tera, La Torre del Valle, Moratones de Vidirales, Rosinos, Matilla de Arzón, etc.
Hay también alguna ermita en el centro de los pueblos. Es el caso de La Virgen de la O, Calzadilla de Tera, ermita reconstruida recientemente y que se encuentra muy cerca de la nueva iglesia. Y en Villaveza del Agua, en la misma plaza del pueblo, construida para facilitar la asistencia a la misa del domingo y a otros actos re­ligiosos durante el año se construyó una pequeña capilla, que casi todos llaman ermita. Y es que la iglesia se encuentra en un lugar elevado y el acceso a la misma no es nada fácil para algunas per­sonas. También en Congosta de Vidriales, en el centro del pueblo, tenemos la ermita de Ntra. Sra. del Rosario.
Los santos, santas y vírgenes a quienes están dedicadas las er­mitas de esta comarca son muy diversos, algunos más singulares: san Mamés, san Jorge, san Lázaro, etc. y otros más comunes o generales: San Isidro, san Juan, etc. Lo mismo ocurre con las vírge­nes, con advocaciones muy variadas, unas que nos recuerdan a la naturaleza y la vegetación, lugar en el que se erigieron las ermitas: Agavanzal, Encinas, Pedrera, de la Vega, etc. Otras se relacionan con leyendas o hechos más o menos históricos: Cantimbriana, To­rrica, etc.
En casi todas las ermitas vemos exvotos, pero son más abundan­tes en aquellas en las que es mayor la devoción y la concurrencia de personas en los días de la romería y otros actos que en ellas se ce­lebren: Agavanzal, El Carmen, San Mamés, Cimanes de la Vega, etc.
Cada año, desde la primavera hasta el otoño, cuando se celebran las romerías, son muchas las personas que acuden a las mismas, según la importancia que tenga o haya adquirido la Virgen, el santo, o la misma ermita. Y es que para muchos ir de romería o peregrinación es un hábito que no se pierden. Lo preparan y se preparan con antelación. Incluso los días anteriores se oye con frecuencia hablar de la romería de este u otro lugar, o de esta u otra virgen o santo, y se dice: mañana nos vamos de romería, hay que madrugar para ir a la romería, ¿no vas a la romería?, etc. Y, aunque cada uno lo haga por motivos diversos, todos disfrutan del lugar y de los actos que se celebren en torno a la ermita.
Gran parte de las romerías se celebran en torno a una ermita, aunque hay algunas que, al no disponer de este edificio, y resi­dir la virgen o el santo en la iglesia parroquial, salen o se dirigen en procesión romera y peregrina hacia un lugar determinado del campo, o junto a un río o valle, siempre bello paraje natural, para su celebración. A veces coincide con el lugar en el que existió una antigua ermita, como ocurre con la Cantimbriana y la Torrica, que se celebran junto al río Cea; o hubo un antiguo convento como hacen en San Román con la romería de la Virgen del Valle. En al­gunos casos se trata del lugar en el que, en el pasado, cuentan que ocurrió un milagro, o es el sitio en el que se apareció o encontró la imagen que se venera.
Que la romería es una fiesta no hace falta decirlo. Basta con que se lo pregunten a los vecinos de Camarzana, que esperan con ganas la llegada del día de la Trinidad, o los de Olleros el día de la Virgen de Agavanzal, los de Cimanes la fiesta de la Virgen de la Vega, etc. Y es que se reúnen familiares, amigos y conocidos, junto a la ermita o santuario, para pasar el día en feliz convivencia
Casi todas las romerías van precedidas de un novenario, octa­vario, triduo, etc., donde los asistentes, vecinos o forasteros que asisten, muestran ya la devoción a su virgen o santo. El novenario es como la preparación de la fiesta romera, que algunos tampoco se pierden. Y es que consideran la tradición como si de una obli­gación se tratase, pues así lo han heredado de sus antepasados.
Las variadas imágenes que completan los textos nos ayudarán a conocer mejor cómo son las ermitas y la forma de celebrarse las distintas romerías y tradiciones en torno a ellas.
Tengo que agradecer, de nuevo, al C.E.B. “Ledo del Pozo” que, dentro del ámbito de su actuación, apostase un día por el patri­monio popular y etnográfico, y que haya seguido creyendo en lo positivo de darlo a conocer a través de este tipo de publicaciones. Y, por supuesto, gracias a las instituciones y entidades colaborado­ras, Caja España, Ayuntamiento y Diputación de Zamora.
Agradecer también a las personas que me han proporcionado imágenes o información sobre este tema: Alcaldes de algunos pue­blos, sacerdotes, asociaciones o cofradías que, en muchos casos, son quienes se encargan de la organización.
Y, una vez más, gracias también a Elena por sus acertadas orien­taciones y correcciones. Todo ello ha contribuido a la publicación de este libro, que nos acerca un poco más al conocimiento de las romerías y ermitas de esta comarca de los Valles de Benavente.
Emiliano Pérez Mencía

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