Alejandro Flórez Redondo (Coordinador): El Toro Enmaromado de Benavente. Memoria gráfica de la Fiesta (siglo XX). 266 pp. láms. B/N. 24X20. Rústica. 2014. ISBN: 978-84- 942037-0-1.
ÍNDICE
PALABRAS DEL ALCALDE
PRESENTACIÓN DEL AUTOR
COLABORACIONES
Bálago en la Era
Mis vivencias y recuerdos sobre nuestra querida fiesta
Los años sesenta: la década que revolucionó la fiesta del Toro Enmaromado de Benavente
En torno al Toro Enmaromado y la fotografía en Benavente
FOTOGRAFÍAS
El preludio de la fiesta: la Veguilla
Los protagonistas: Toros Enmaromados
del siglo XX
El recorrido: calles, corrillos y plazas
Los preparativos y el comienzo de la carrera
Calle de los Herreros y aledañas
La Rúa
Entorno de Santa María
Plaza de la Madera
Plaza de San Martín
Cuesta del Río y Plaza de Juan Carlos I
Calle de los Carros
Calle Santa Clara, Plaza de la Farola y Calle Ancha
La Plaza del Grano y su entorno
Ría de Don Felipe
Camino del Matadero
Percances y cogidas
El Torito del Alba
Anécdotas y curiosidades
Gentes, desfiles y peñas
Documentos, programas y carteles
BIBLIOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS
PRESENTACIÓN DEL AUTOR
Te presento una recopilación de fotos y datos del siglo pasado, de nuestras fiestas, que con tanto arraigo llevamos los benaventanos. Estas fiestas para nosotros son un legado que nos dejaron nuestros ancestros, y con el trascurrir de los años hemos llevado y llevamos con mucho orgullo, pasando de generación en generación, con un cariño, con un sentimiento tan profundo, que todo forastero que viene a visitarnos se hace partícipe de las mismas, integrándose en ellas como si fuera de aquí, y se hace tradición para él y la hace suya, se contagia de nosotros y si puede repite para volver a participar en ellas.
Tenemos la festividad de la Veguilla, que es la Fiesta de nuestra patrona “La Virgen de la Vega”, que siempre es el segundo lunes después del domingo de Pascua de Resurrección, el llamado Lunes de Pascuilla. Todos los años cambia de fecha, unas veces es en marzo, otras en abril, depende cuando sea la Semana de Pasión. Ese día Benavente se viste de fiesta para honrar a su patrona de una manera muy especial. Se hace una procesión que organizan las Peñas del Toro Enmaromado, con las Autoridades y el Clero, peñas vestidas con su uniforme de gala, llevando en las andas a la patrona, cuatro peñistas y otras cuatro féminas llevan las cintas. Los niños van delante con unas flores. Una vez acabada la procesión, misa solemne, en la que los niños realizan la ofrenda floral a nuestra patrona.
Acabada la misa, las peñas desfilan delante de las autoridades y se dirigen a la Plaza Mayor rebosante de gente por todas las partes, no entra nadie más. Se sube al Ayuntamiento y antes de que el Sr. Alcalde salga al balcón, a todo un pueblo a la vez se le oye una sola voz: “toro, toro, toro”. Se lo pide a la máxima autoridad; el preludio de lo que pasará cincuenta días después, un momento mágico, toda la plaza gritando, pidiendo al máximo responsable que le conceda un toro para correr enmaromado, por las calles y plazas de esta ciudad de los Condes-Duques. Ese es el otro momento, la otra gran fiesta que tenemos, y, que todos los benaventanos y comarcanos esperamos y llevamos tan dentro y cómo no, vamos deshojando los días que faltan hasta que llega el día «Grande». Con el trascurrir de los años la fiesta del “toro enmaromado” ha ido a más, lo que antes eran dos días, ahora es una semana de fiesta, alegría, camaradería, sana diversión; cómo se acoge y cómo se trata a la gente de fuera, habrá pocas poblaciones en la geografía española.
El momento mágico de esta fiesta es cuando se oye el estampido de la tercera bomba, las siete y media de la tarde, la ciudad atiborrada de gentes de todas las latitudes de España. Es la suelta del toro, que previamente han enmaromado en el toril habilitado para ello. Sale el astado de turno y toda la multitud se une a nuestra tradición y la hace suya y disfruta con nosotros por todo el recorrido del toro por las calles de la villa. Eso es lo nuestro, lo que hemos sabido llevar con todo el cariño del mundo para que no se pierda. Esta tradición centenaria que tan dentro llevamos y que con tanto orgullo trasmitimos a nuestros hijos y nuestros nietos. Son los momentos que he querido reflejar en esta memoria gráfica que tienes en tus manos y que espero sea de tu agrado.
Alejandro Flórez Redondo

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