Julio Vecino nació en el año 1919 en Castrogonzalo (Zamora) y pasó en Madrid una parte de su vida. Allí se forjó su madera de artista, de escultor y también de pintor, pues practicó las dos artes, aunque se dedicase más a la primera. Aprendió la técnica de la talla de la madera con el escultor Eduardo Carretero, completando su formación con la lectura y el estudio de libros relacionados con el arte de la escultura y de la pintura. Y, a pesar de contar tan sólo con estudios primarios, se preparó por su cuenta de tal modo que llegó a convertirse en un verdadero maestro.
Su defecto físico (era mutilado de guerra y le faltaba una pierna) no fue obstáculo para desarrollar su actividad, sino todo lo contrario. Ocurría que su andar lento y parsimonioso se trasladaba a su obra, ha­ciendo que pensase y se detuviese más en ella y consiguiendo de este modo una mayor perfección.
Por otra parte, el aislarse con frecuencia de todo y de todos le permi­tía centrarse más en su vida interior y también en su misma obra.
En el año 1960 regresó a su tierra, estableciéndose hasta su muerte (año 2005) en Fuentes de Ropel, pueblo cercano a su lugar de nacimiento. Allí completó su obra de más de 1600 esculturas y en torno a 100 pinturas. Todo lo cual, junto con varias carpetas de cientos de bo­cetos y otros dibujos se conservan en lo que era su domicilio habitual. Porque Julio, de todas sus piezas realizaba un boceto, demostrando también su buen hacer y conocimiento del dibujo. Precisamente, los últimos años de su vida, cuando dejó de trabajar la madera y la pintura los dedicó solamente a dibujar.
En sus tallas utiliza con preferencia la madera de encina, porque sabe muy bien que, aunque es difícil de trabajar, después de pulida, ad­quiere una textura y belleza difícilmente comparable. También utiliza madera de almendro, de nogal y otras.
Su obra escultórica está marcada por líneas o formas y volúmenes sencillos y equilibrados, llenos de ingenio y sabiduría, ya se trate de una talla realista o abstracta. Algunas piezas nos muestran unas figuras retorcidas o contorsionadas con una realización perfecta que por sí solas desarrollan el movimiento.
Entre ellas hay gran variedad: muchos bustos, algunos autorretratos, escenas de toros y toreros, piezas de tema egipcio y africano, baila­rines, escenas familiares y muchas parejas de enamorados, imágenes religiosas y también abundantes tallas figurativas y no figurativas, in­cluidos también algunos bajorrelieves.
Sus pinturas al óleo se centran en temas relacionados con persona­jes famosos o conocidos, a modo de retratos, y en paisajes, cercanos o más alejados, conocidos, visitados o creados por él.
Ha sido un artista que, cosa curiosa, ha permanecido al margen de cualquier circuito comercial, por lo que su obra se conserva casi in­tacta. Pero se sentía feliz cuando muchas personas, incluso de otros países, se acercaban por su casa de Fuentes de Ropel para visitarle y contemplarla.
Apenas realizó exposiciones y siempre no lejos de su entorno: En algunos Colegios e Institutos, en pequeños pueblos de León, como To-reno, Valdefuentes del Páramo, Villamañán y Valderas y de la provincia de Zamora, como Valdescorriel, Villafáfila, Castrogonzalo, y Fuentes de Ropel, en donde residía. También en la Caja de Ahorros de Zamora y en el Ayuntamiento de Parla (Madrid).
La exposición se completa con la edición, por parte del CEB «Ledo del Pozo», de este libro-catálogo, en el que se añaden algunas piezas más de su abundante obra, tanto de esculturas como de relieves, pintu­ras, bocetos y dibujos, para dejar constancia de ella y de su buen hacer artístico.
Al mismo tiempo que se da a conocer su obra, queremos rendir un homenaje, aunque sea a título póstumo, a una persona de esta comarca, artista, si queremos popular por el lugar en que vivió y desarrolló su actividad, pero de altos vuelos, que nos deja ver su verdadera creatividad, tal vez desconocida por muchos, debido a circunstancias ajenas a él mismo.
Este Centro de Estudios cumple así con una de sus tareas, la de pro­mover, difundir y valorar el patrimonio y el arte local, del que es un valioso exponente Julio Vecino.
Nuestro agradecimiento a su hija Angelines, que nos ha dado todas las facilidades para poder realizar la Exposición, así como para la pu­blicación del libro. Y por supuesto también a Caja España y al Ayunta­miento de Benavente, colaboradores habituales en todas las activida­des culturales que organiza este Centro de Estudios.
Emiliano Pérez Mencía. CEB «Ledo del Pozo»

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