Rafael González Rodrñiguez (Coord..): Los Caminos de Santiago en el Norte de Zamora. III Jornadas de Estudios Históricos. Benavente, 16, 17 y 18 de noviembre de 2004. Santa Marta de Tera, 20 de noviembre de 2004. 274 pp. 24X17. Cartón. 2006. ISBN: 84-9333594-7-5.

ÍNDICE

Rafael González Rodríguez:
«Presentación».
Luis Grau Lobo:
«Al sur de Compostela. Una lectura episódica de la portada meridional de San Juan del Mercado en Benavente».
Elena Hidalgo Muñoz:
«El Hospital de la Piedad de Benavente».
José Carlos de Lera Maíllo:
«Castrotorafe: papas, monarcas, obispos y maestres en su lucha por la encomienda santiaguista».
José Ignacio Martín Benito:
«Benavente, encrucijada jacobea».
Pascual Martínez Sopena:
«Antolín, Gervasio, Mancio: mártires antiguos, nuevos cultos y reforma de la Iglesia en León (siglos XI-XII).
Vicente Fernández Vázquez:
«Una encrucijada en la red viaria del noroeste peninsular. El puente de Castrogonzalo en el Antiguo Régimen».
Juan Carlos de la Mata Guerra:
«Tras la huella del peregrino en el Condado de Benavente. Hospitalidad, testimonios y leyendas en torno a los caminos».
Miguel Ángel González García:
«Memorias de peregrinos y viajeros por Sanabria y Benavente».
Fernando Regueras Grande:
«Santa Marta de Tera: una lectura martirial».

PRESENTACIÓN
Es una satisfacción para el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo”, y en particular para quien suscribe estas líneas, poder presentar las actas de nuestras III Jornadas de Estudios Históricos. La edición de este libro constituye una prueba evidente de que el proyecto que pusimos en marcha en el año 2002 goza de buena salud, y no obedecía, por tanto, a un acontecimiento coyuntural. Se trataba, por el contrario, de una nueva andadura del C.E.B. que aspiraba a ofrecer nuevos frutos en los años venideros.
Nuestras Jornadas, desde un principio, no han pretendido ser un ciclo de conferencias sin más. También han tenido una faceta, no menos importante, de investigación y de divulgación sobre la base de un tema central de profundas implicaciones para el norte de Zamora. Buena prueba de ello es la publicación de los libros de actas y que recogen, en extenso, el contenido de las ponencias.
De esta forma, las I Jornadas estuvieron dedicadas en 2002 al Reino de León en la época de las Cortes de Benavente; en 2003 el tema central fue el de Las Vías de Comunicación en el noroeste ibérico. Benavente encrucijada de caminos y, por último las III Jornadas, cuyas actas ahora ven la luz, se han centrado en Los Caminos de Santiago en el norte de Zamora, coincidiendo, además, con la celebración del Año Santo Jacobeo 2004.
Después de todo lo escrito y debatido sobre el fenómeno jacobeo, y en general sobre la problemática inherente a las peregrinaciones, pudiera parecer que el tema está realmente agotado y nada nuevo queda por aportar. La bibliografía existente resulta tan amplia que resulta inabarcable, si bien es cierto que no pocos trabajos no sobrepasan el listón de la divulgación, o bien no dejan de ser de una recapitulación o reelaboración de estudios previos. A pesar de los años transcurridos desde su primera edición, todavía resulta de obligada referencia, a modo de síntesis global, la obra de los profesores Luis Vázquez de Parga, José María Lacarra y Juan Uría Ríu: Las peregrinaciones a Santiago de Compostela. A todo esto hay que añadir la abundantísima producción de “guías” del Camino, mapas, promociones turísticas de todo tipo y pelaje, así como otras iniciativas culturales complementarias.
No obstante, a pesar de estos condicionantes, todavía existe margen de maniobra suficiente para nuevas aportaciones. Particularmente en lo concerniente a otras metas de peregrinación locales o regionales, y a lo que podemos denominar los “otros” caminos de Santiago. Aunque el llamado Camino Francés, en su trazado tradicional, ha constituido sin lugar a dudas el gran eje vitalizador de las peregrinaciones en la Península Ibérica desde la Edad Media, como se ha puesto de manifiesto en diversos trabajos -especialmente en los publicados en los últimos años-, existía un buen número de alternativas y ramales secundarios que complementaban y enriquecían la red caminera tejida en torno a Santiago de Compostela.
Algunas de estas vías, como por ejemplo la denominada Vía de la Plata, el llamado Camino de la Costa a través de San Salvador de Oviedo, el Camino Madrileño, o los caminos portugueses, lograron adquirir una gran relevancia, como ponen de manifiesto los tratados de caminería o los relatos de viajeros y cronistas, aunque sin llegar a eclipsar en ningún momento al camino principal.
A pesar de que el establecimiento de esta red viaria es el resultado de un largo proceso de formación, anterior incluso a la propia invención del sepulcro del apóstol a principios del siglo IX, el fenómeno de las peregrinaciones contribuyó significativamente a reforzar su papel articulador y ordenador del territorio. Las consecuencias sobrepasaron ampliamente lo puramente religioso o cultural para afectar profundamente a las estructuras socio-económicas.
La vida urbana tuvo su particular florecimiento al amparo de estas calzadas, favoreciendo la producción industrial, el comercio y la difusión de nuevas formas de entender la sociedad.
Otras denominaciones y planteamientos sobre rutas de peregrinación “alternativas” no han sido demasiado afortunadas, pero han hecho fortuna desde el punto de vista de la aceptación por parte de las instituciones, y son habitualmente empleadas en guías, itinerarios y catálogos turísticos. Por otra parte, vinculados o no a los caminos de Santiago, se desarrollaron en el norte zamorano otros itinerarios en torno a otros santuarios y centros de peregrinación estrechamente ligados a las instituciones monásticas. Sus orígenes resultan
difíciles de establecer dada la escasez de fuentes, pero tuvieron su importancia y su influencia en el contexto más amplio de los caminos jacobeos. La coincidencia de estas rutas con otros movimientos poblacionales y económicos hizo necesario dotarlas de una adecuada infraestructura viaria y unas fundaciones asistenciales también auspiciadas y controladas, en la mayor parte de los casos, por instituciones eclesiásticas.
El grueso de los viajeros del norte zamorano se verían atraídos en un principio por los santuarios locales, y muy especialmente por el culto a las reliquias de los santos venerados en los monasterios. Posteriormente, aprovechando la infraestructura viaria y asistencial creada en torno a estos monasterios, estas rutas locales y comarcales se verían potenciadas por el fenómeno jacobeo, convirtiéndose en puntos de enlace con los grandes caminos de peregrinación. Además, conscientes de los cambios desarrollados en la religiosidad popular, estos santuarios supieron adaptarse a los nuevos tiempos combinando hábilmente las devociones locales con el culto jacobeo, a través de la creación de capillas específicas en sus iglesias o mediante la adquisición de reliquias o imágenes relacionadas de alguna manera con el Camino. De esta forma, los monasterios pasaron a ser jalones o hitos inexcusables de las rutas, respaldados por décadas e incluso siglos de tradición en la atención a los peregrinos.
Con estos argumentos de fondo, y sumándose a la proyección que suponía la celebración del Año Santo Jacobeo 2004, el CEB Ledo del Pozo proponía la celebración de las III Jornadas de Estudios Históricos bajo el título “Los caminos de Santiago en el norte de Zamora”. Las conferencias se desarrollaron durante los días 16 al 20 de noviembre. El acto de clausura se celebró en la iglesia parroquial de Santa Marta de Tera, coincidiendo con una ponencia centrada en la trayectoria histórico-artística de este importante centro monástico y de peregrinación. Resulta ya un tópico hablar del “marco incomparable”, pero en este caso no existía otro foro más apropiado para clausurar unas jornadas de asunto jacobeo que nuestra magnífi ca iglesia románica de Santa Marta. El acto resultó un éxito de asistencia, y a pesar de lo avanzado del otoño pudimos disfrutar todos los presentes de una soleada mañana de noviembre.
En un momento como éste de recapitulación me gustaría también tener un recuerdo para dos personas tristemente fallecidas en fechas próximas a la gestación de estas Jornadas. Ambas tuvieron un papel destacado en este proyecto y, cada uno en su medida, contribuyeron a hacerlo realidad.
Por un lado la figura insigne del profesor José Luis Martín, maestro de medievalistas, que estuvo en las primeras Jornadas y que aceptó amablemente la invitación a estas III Jornadas. La enfermedad que ya le asediaba le impidió asistir, aunque tuvo el gesto de ponerse en contacto conmigo, ya gravemente enfermo, para disculpar y lamentar su ausencia.
En segundo lugar un recuerdo también para el párroco de Santa Marta de Tera, Julián Acedo que puso a nuestra disposición el templo de Santa Marta para la jornada de clausura y que ofreció toda su colaboración. La figura de don Julián, quedará, sin duda, unida para siempre al templo románico pues fue él quien difundió a partir de 1996 el fenómeno del “milagro de la luz”, el momento sublime en el que las primera luces equinocciales penetran por el óculo del hastial de la cabecera e iluminan directamente uno de los capiteles de la iglesia.
Quedan por último los agradecimientos, que nunca nos cansaremos de hacer públicos aunque resulten reiterativos. Agradecimiento a la colaboración y el apoyo constante que recibe este proyecto de las Jornadas de Estudios Históricos, y en general todas las actividades del Centro de Estudios “Ledo del Pozo” por parte del Excelentísimo Ayuntamiento de Benavente y de la Obra Social de Caja España.
RAFAEL GONZÁLEZ RODRÍGUEZ
Centro de Estudios Benaventanos
“Ledo del Pozo”

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